Afortunadamente no fue un choque frontal. Cuando llegué a Perú me encontré con un contratiempo que retrasó mi llegada a Boca Colorado y pude conocer un poco mejor el país a través de la capital de la amazonia sur: Puerto Maldonado. Acogido por los Hermanos Maristas, mi estancia en la Capital fue interesante y provechosa.
La capital del departamento Madre de Dios es bulliciosa, caótica y sencilla. Su distribución reticular de ciudad moderna por cuadras la hacen fácil de recorrer en moto-carro, el transporte mas usado. No tiene edificios coloniales o centro histórico, sólo plaza de armas y un alto "obelisco" con unas magnificas vistas de la ciudad, el río y la selva. Salvo las dos vías principales todas las calles son de tierra, la mayoría de las casas son de madera y dan a la Ciudad una imagen de pueblo grande en mitad de la selva. Pero no hay que dejarse engañar; Puerto Maldonado es una Ciudad floreciente llena de actividad económica de minería y turismo natural (en la reserva Tambopata se puede acceder al lago Sandobal y Valencia por precios muy económicos)
Mi actividad acá (como se diría allá) consistió en montar un aula de informática con mi compañera María. Reciclando viejos ordenadores donados desde España al Padre Zabala, instalando escuadras de hierro, tablones de madera y solucionando problemas eléctricos, se fue dando forma a un espacio para las chicas en el Albergue de los hermanos Barsen y Jesús.
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